El gran dilema de muchas mujeres es que "no encuentran el hombre que las seduzca como es". Muchos hombres fallan en sus estrategias amorosas, y, la peor de las peores, son las llamadas "preguntas estúpidas" que causasn tal desencanto en las mujeres,que es difícil revertir ese efecto. En esta publicación se tratará ese tema tan delicado, pero, tan cotidiano, por eso, ¡tan importante!.
Hay hombres que procuran galantear a las mujeres con preguntas que llevan doble sentido, que molesta a unas y provoca a otras. Pero, nada molesta más a una mujer que una pregunta estúpida, por clásica (o pasada de moda) que la misma pudiera ser, tal como la referida a la belleza de sus ojos: ellas ya lo tienen archisabido y ese piropo las fastidia y pone al tipo en una situación de carente de creatividad.
Está claro que hay mujeres cuya belleza sensual no sólo intimida al hombre, sino que lo hace decir insensateces. Es el caso de preguntarle si ella sabe que su cuerpo es bello, ¡por Dios!. La mujer espera otros halagos que exalten los encantos de su fisionomía hermosa. ¡No le preguntes a la mujer cosas que ya ella sabe, y que mil antes que tú ya cayeron en el mismo error!. Por eso: hay preguntas que no debes hacer a una mujer, muy imperativamente, cuando "está sobrada de belleza", a las cuales hay que sorprender y causarles admiración por la audacia de nuestras palabras para conseguir de ellas lo que buscamos.
Otra "tristemente estúpida pregunta" es la relativa a la belleza de labios grandes y provocativos de algunas mujeres, y lo peor, es tan clásica para muchos hombres como desestimada por muchas mujeres. Piensa en esto: ¿te imaginas cuántas veces, en mil presentaciones de preguntas o insinuaciones, le han dicho a esa mujer que sus labios provocan?. Entiende esto: si caes en el mismo error, pecas de falto de creatividad o del "falso galán" que cree que con esas necedades conseguirá otra víctima.
Esta publicación no pretende "educar" a los hombres respecto a los piropos a usar con las mujeres, porque esa es una faena muy original, y que debe ser motivada por los efectos que el encanto femenino provoca en un hombre. La idea es que se debe ser más cuidadoso, más selectivo, más original, al momento de querer seducir a una mujer con preguntas insinuantes: observa que no es lo mismo insinuante que estúpida, hay un amplio margen en ambos tipos de preguntas a una mujer. Las mujeres no quieren perder el tiempo con hombres inseguros, pobres, o poco imaginativos: esas categorías las descartan inmediatamente como pretendientes, y si ellos insisten, incluso los descartan como amigos. Finalizo con una caricatura de humor, la cual es primicia argumentativa en este blog, que en esencia muestra que si un hombre aborda a una mujer que disfruta de su soledad, y tiene la falta de tacto de galantearla con una pregunta estúpida, se expone a una merecida respuesta sarcástica y además a pagar el precio de que la soledad sea mejor compañía que él:
¡Si no quieres ver indispuesta a una bella mujer, no le hagas preguntas estúpidas!